martes, 18 de noviembre de 2014


APRENDE A BAILAR CON LA VIDA

En mi última clase de natación me dijeron <<Toñi, si es que vas muy rígida, tienes que aprender a "bailar" en el agua>> En aquel momento pensé que en estos momentos de mi vida realmente me encontraba rígida probablemente en todos los ámbitos de mi vida. Y es que de un tiempo a esta parte vivo en estado constante "fuera de la zona de confort". Es un momento de "no tiempo" donde el pasado que aparentaba ser tan seguro: trabajo fijo, pareja estable... cada día se ve más lejano. Un momento de "no tiempo" donde no existe un mañana cierto.

Y lo curioso de todo es que en verdad la vida siempre es así. La zona de confort nunca existe, y si existe muy probablemente es porque ni siquiera es confortable realmente. Vamos dejando atrás experiencias que en ocasiones nos proyectan en positivo. Y sin embargo en otras nos hacen querer protegernos y estar alerta en todo momento porque no queremos más sorpresas, porque buscamos sentirnos seguros, porque ansiamos el calor de la madriguera.

Entonces te colocas una coraza, bloqueas todos tus músculos en posición de defensa o huida y en realidad lo único que haces es invertir mucha más energía de la que en realidad te está pidiendo la vida. Vibras en el miedo y creas miedo que ni siquiera existe y aunque existiera en una situación de completa capacidad ni siquiera lo detectarías. Pero tienes todos y cada uno de tus sentidos expectantes y alertas tanto para salir corriendo como para parar cualquier tipo de ataque.

Y en ese momento recordé cómo unos meses antes pese a practicar un deporte como crossfit que me mantiene en un buen estado de forma y que además me permite practicar cada día un entreno diferente, me vino a la mente el siguiente pensamiento: da clases de natación. Y es que la natación nunca fué lo mío. Con lo friolera que soy y lo difícil que me resulta el ámbito acuático lo más cómodo para mí hubiera sido la clase de aquarobic, o la clase de spining que tengo al lado. Pero es que eso ya lo tenía dominado, y la verdad es que siempre se me dió bastante bien.

La vida me estaba pidiendo otro NUEVO RETO con redoble de tambor: La NATACIÓN. Que para eso soy COACH, y como siempre me ha gustado llevar la excelencia a todos los ámbitos de mi vida como buena virgo perfeccionista que soy, pues no dejo de marcarme nuevos objetivos con los que poder ser luego el "ejemplo" que me gusta darle a la vida, con el fin de apoyar a otros a sacar también lo mejor de sí mismos.

Así que pensé <<Toñi, aprende a relajarte. Aprende a disfrutar de cada instante que vives, como cuando disfrutabas de tus clases de baile.>>

Sí, es cierto. Quizás nuestra vida no es cómo la habíamos soñado o imaginábamos. Sin embargo, mientras estemos aquí, por favor, BAILEMOS.

Y este es mi consejo. Cuando te sientas solo, cuando te sientas frío, cuando te parezca que te falta algo o alguien, BAILA. Cuando tengas MIEDO, cuando tu cabeza está hecha un lío y aunque no tengas la certeza de un mañana, BAILA. Cuando te falte el aire, cuando pierdas las ganas y la vida te parezca que ha perdido su sentido, en estos momentos, más que nunca, BAILA.
APRENDE A BAILAR CON LA VIDA.

No hay comentarios:

Publicar un comentario